martes, 28 de octubre de 2014

Mi problema con los títulos.

Esta entrada va de confesiones.

Hola, soy Lucía y tengo un serio problema con los títulos. 

En muchísimas ocasiones, más de las que debería, me dejo llevar sobremanera por los títulos de los libros, sobre todo de forma negativa. Y es que, realmente, no sé cuántos libros he "pasado olímpicamente" de leer a causa del título que llevan. *Me vais a querer matar, yo lo sé*

Una vez conocí a un hombre que no se leía ningún libro que tuviese menos de 500 páginas porque estaba absolutamente convencido de que: "Cualquier libro que tenga menos de 500 páginas no tiene nada interesante que ofrecer y probablemente sea una mierda", palabras textuales (y las pongo en color caca porque me pareció un comentario muy agrio, deprimente, amargado, aburrido y... caca); fue una manía que me horrorizó por completo porque ¿cuántas obras maestras existen con muy poquitas páginas? ¡¿cuántas?! Y en fin, ahora voy yo, y me "aficiono" a una de esas manías odiosas de lectora absurda como es desechar un libro por su nombre propio. 

Un caso con el que me ocurre actualmente es con el libro Un beso en París, de Stephanie Perkins. Esta novela está siendo muy sonada, solo escucho buenas opiniones y gente que adora a la autora y su estilo, que ha caído rendida a los pies de los personajes, otros que hablan de una novela refrescante y sencilla en la cual adoras sumergirte... ¡Y yo no puedo parar de pensar en el título! Me horripila. Me parece tan rematadamente cursi, *es como, venga preparaos para vomitar arcoiris y que os salgan chorros de purpurina por las orejas y sangrar pétalos de rosa por la nariz* Y además, esa terrible portada le hace un flaco favor, ¿por qué tan cutre?; vale, me he pasado, que me perdonen los creativos no quería menospreciar su trabajo, cada uno tiene sus gustos, todos son completamente respetables y yo solo estoy hablando de manera subjetiva. 

Pero este no es, evidentemente, el único caso, este es solo un ejemplo de una amplia lista, y creo que probablemente me esté perdiendo bastantes buenas historias por una manía absurda, pero, aunque reconozca "mi problema" -cual yonki- todavía no me veo capaz de superarlo, y aún me niego a leerme este libro.

¿Soy la única raruna? ¿o existe por este universo alguien a quién le pase lo mismo?

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