jueves, 30 de octubre de 2014

Filosofía en el Tocador. Marqués de Sade.

Filosofía en el Tocador o Los instructores inmorales. 
Por Marqués de Sade (Donatien Alphonse François)
Clásicos Selección.
212 páginas.


Juro solemnemente que no soy una depravada. Y sí, me acabo de leer Filosofía en el Tocador, hoy mismo lo he terminado.

Sinceramente, me es muy difícil realizar una reseña de este libro, para empezar, ni si quiera sé decidir si me ha gustado o no. Supongo que será mejor empezar desde el principio.

Esta es la historia de una chica de 15 años Eugenia, que, por así decirlo, cae en manos de unos "maestros" o "instructores" del libertinaje. Narrada a la forma teatral, las escenas irán sucediéndose mediante diálogos y discursos filosóficos mientras que el lector es testigo, casi como un voyeur, de cómo la virginal doncella Eugenia se corrompe en todos los sentidos posibles. Así, se encargarán de echar por tierra todos los valores morales y éticos que su educación haya podido concederle, y la arrastrarán a un mundo de libertinaje y  depravación sexual.

Esta no es una historia para lectores sensibles, y muchísimo menos para acérrimos católicos o cristianos. Pues encontraréis aquí una crítica brutal y ofensiva a esta religión, sin miramientos, sin tapujos y sin pelos en la lengua. 

Tenía entendido que el Marqués de Sade era simplemente un escritor de pornografía, básicamente, de hecho, de su seudónimo "Sade" proviene el término "sadismo", y no es para menos. Pero me he llevado una inmensa sorpresa al leer este libro que para nada es simplemente una historia "subidita de tono". Encierra en ella todo un profundo discurso filosófico a cerca de la política, la religión, las virtudes del hombre, la moral, la ética... que realmente, a medida que vas leyendo, necesitas cerrar el libro y darle un descanso a tu mente, porque, se pone a trabajar a mil por hora. Sus argumentos van bombardeándote, para bien o para mal, de manera que no paras de crearte tu propio discurso para contradecir al autor o incluso, a veces, pensar: "Te lo concedo Sade, aquí llevas razón". Pero, cuidado lectores, porque es un discurso brutal. Cuando quiere defender una idea, lo hará hasta sus últimas consecuencias, que suelen ser atroces. 

Pues bien, este discurso "del libertinaje" que van defendiendo los personajes va intercalándose con escenas de sexo que abarcan todos los actos posibles, siempre llevados al extremo, y me explico. Si leéis este libro, seréis testigos de violencia sexual, depravaciones, incesto, sodomía... Todo de forma explícita, por supuesto. Puedo deciros que 50 sombras de Grey es un cuentecito infantil en comparación con este libro. Aunque, en otro orden de cosas, 50 Sombras no pude terminarlo porque me parecía una tortura, aburrido, insulso, pésimamente escrito... No sé cuantas veces en 50 páginas pude leer "puso los ojos en blanco, frunció el ceño, suspiró, se mordió el labio" una vez y otra y otra y otra y otra vez más, por si no te habías enterado... ¡¿Es que la escritora no conocía otras expresiones?! Vaya personajes más horriblemente planos. En Filosofía encontrarás personajes terribles de discursos duros y profundos, aunque directos, que exaltan el egoísmo, la violencia, el libertinaje, la lujuria y el desenfreno, hasta niveles insospechados.

La obra está dividida en diálogos, son siete en total, pero justo en la mitad encontraréis lo que viene siendo todo un panfleto político "Franceses, un esfuerzo más si queréis ser republicanos", que resulta realmente interesante de leer, puesto que encontraréis las ideas auténticas del autor en cuanto a la situación que se estaba viviendo en Francia en esa época, nos encontramos en plena Revolución Francesa, no lo olvidemos. Y si el Marqués quería llamar la atención haciendo acopio de toda la brutalidad posible, sin duda alguna, lo consiguió. Su discurso filosófico no os va a dejar, en modo alguno, indiferentes.
"La ignorancia y el miedo, les seguiré diciendo, son la base de las religiones. La incertidumbre en la que el hombre se encuentra en relación a su Dios es precisamente el motivo que lo mantiene unido a su religión. El hombre tiene miedo de estar en las tinieblas, ya sea la material o la moral; el miedo se vuelve un hábito en él y se convierte en una necesidad: cree que le faltaría algo si no tuviese nada que esperar o que temer".
Esta obra, casi todas las obras del Marqués de hecho, estuvieron prohibidas en su época, como podréis imaginar, ningún alto cargo (y aquí incluimos al mismísimo Napoleón que no quiso concederle el indulto a nuestro aristócrata escritor) quería textos circulando libremente en contra de sus mandamientos, y no fue hasta el siglo XX cuando comenzaron a publicarse sus obras.

Así pues, en mi modesta opinión, creo que merece la pena leerla, es un discurso brutal, y el último capítulo es lo más desagradable y angustioso *y doloroso, y asqueroso, y brutal y desagradable, ah bueno, eso ya lo he dicho, pero, uf...* que he leído nunca, pero está magníficamente escrito y te hace pensar, te despertará miles de sentimientos que van desde el asco hasta la furia, y si lo que te gusta es que la lectura no te deje indiferente, esta sin duda, no lo hará.

Es por algo que en veinte años nadie se acordará del nombre de la autora de la trilogía de las 50 Sombras yo ya ni me acuerdo, y sin embargo, esta obra y su autor siguen apareciendo como clásicos de la literatura y la filosofía 200 años después de su primera publicación, allá por 1795.


miércoles, 29 de octubre de 2014

The old man and the sea. Cortometraje animado.

Tal vez sea por culpa de mi vena de historiadora del arte, o de amante del arte simplemente, no lo sé, pero cuando escribí la reseña del libro de Hemingway me quedé con las ganas de mencionar, aunque fuese de forma superficial, el cortometraje animado que Aleksandr Petrov hizo a partir de esta historia. Pero iba a quedarme una reseña muy larga, así que lo hago ahora en el apartado de "curiosidades" ¡y asunto resuelto!

El título original del corto es Roujin To Umi, y el título en inglés es el mismo que el de la novela: The Old Man and The Sea, que, dicho sea de paso, fue galardonada con el premio Pulitzer. Pero es que el cortometraje no se quedó escaso en reconocimientos. Esta fue la primera película de animación estrenada en cines IMAX y tuvo que llevarse un Oscar, en 1999, como mejor cortometraje animado, además de 10 premios más a nivel internacional. 

Si os gusta la novela y además os gusta la animación y el cine en general, creo que es muy recomendable invertir unos 30 minutos de vuestro tiempo en verlo -si es que no lo habéis hecho ya, claro-, me atrevería a decir que no os va a decepcionar. 





martes, 28 de octubre de 2014

El viejo y el mar. Hemingway.

Decía siempre la mar. Así es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer.
El viejo y el mar.
Por Ernest Hemingway.
Planeta.
143 páginas.

Sé que no es la mejor edición de la historia, ni muchísimo menos, pero le tengo especial cariño a este ejemplar, como veis completamente descolorido, algo raído y de páginas amarillentas... es decir, AMOR. Era de mi madre y se lo compró cuando era pequeña por 240 pesetas -lo sé porque el precio sigue anotado a lápiz en la contraportada *ay, esos detallitos mágicos de los libros viejos*- me lo "regaló" hace unos años y se ha convertido en uno de mis favoritos.

Cuenta la historia de un viejo pescador que llevaba 84 días sin coger un solo pez, parecía que la suerte le había abandonado por completo, hasta que tiene que enfrentarse a uno de los mayores retos de su vida en alta mar. 

Hemingway utiliza, a mi parecer, un lenguaje absolutamente sencillo, claro, directo, y no por ello se convierte en simplón de más. Creo que no hacen falta palabras complejas para transmitir sentimientos profundos.
"Gracias -dijo el viejo. Era demasiado simple para preguntarse cuándo había alcanzado la humildad. Pero sabía que la había alcanzado y sabía que no era vergonzoso y que no comportaba pérdida del orgullo verdadero".
Realmente es una historia de un argumento sencillo, y los dos personajes principales Santiago, el viejo pescador y protagonista; y Manolín, un muchacho que admira, ayuda -en todo lo que puede y de forma desinteresada- y quiere al viejo; convierten el relato en una historia entrañable a más no poder.

El viejo captura un pez de un tamaño casi descomunal, mayor que su propio bote, con muchísimo esfuerzo, tras una lucha que parecía sin fin; y cuando por fin lo consigue, debe volver a la costa y emprender de nuevo una pelea brutal con los tiburones que destrozan su magnífico pez. Pero lo que más llama la atención es el sentimiento casi de fraternidad hacia el pez que desarrolla el pescador. A pesar de que debe matar al pez, y es su "enemigo", no siente odio hacia su combatiente sino que lo ama, lo valora como la criatura más valiente a la que se ha enfrentado y lo respeta por eso. Es casi como un ritual antiguo, de sangre... No sé cómo explicarlo, para mí, es una historia sencilla que te provoca sentimientos complejos.
"No comprendo estas cosas -pensó-. Pero es bueno que no tengamos que tratar de matar el sol o la luna o las estrellas. Basta con vivir del mar y matar a nuestros verdaderos hermanos".
Y sí, esas terribles ilustraciones pertenecen a esta edición, son fotos que  hice mientras iba leyendo porque cada vez que me encontraba con una pensaba tristemente: "ojalá no hubiesen ilustrado esta historia, o al menos, no de este modo", y solo quería compartir mi frustración visual.

Pero para no acabar quejándome, lo cual queda un poco feo, os dejo con un par de citas que me gustaron mucho:
"Durante la noche acudieron delfines en torno al bote. Los sentía rolando y resoplando. Podía percibir la diferencia entre el sonido del soplo del macho y el suspirante soplo de la hembra".
¿No es precioso cómo la experiencia de años y años en la mar hacen de Santiago un experto inigualable de los misterios del mar? Casi sin darse cuenta lo es, de forma humilde, porque viene implícito en su persona, porque nació para ser pescador.

"Justamente antes del anochecer, cuando pasaban junto a una gran isla de sagrazo que se alzaba y bajaba y balanceaba con el leve oleaje, como si el océano estuviera haciendo el amor con alguna cosa, bajo una manta amarilla un dorado se prendió en su sedal pequeño".
Oía el oleaje inundando mi habitación y casi pude oler la sal.

Mi problema con los títulos.

Esta entrada va de confesiones.

Hola, soy Lucía y tengo un serio problema con los títulos. 

En muchísimas ocasiones, más de las que debería, me dejo llevar sobremanera por los títulos de los libros, sobre todo de forma negativa. Y es que, realmente, no sé cuántos libros he "pasado olímpicamente" de leer a causa del título que llevan. *Me vais a querer matar, yo lo sé*

Una vez conocí a un hombre que no se leía ningún libro que tuviese menos de 500 páginas porque estaba absolutamente convencido de que: "Cualquier libro que tenga menos de 500 páginas no tiene nada interesante que ofrecer y probablemente sea una mierda", palabras textuales (y las pongo en color caca porque me pareció un comentario muy agrio, deprimente, amargado, aburrido y... caca); fue una manía que me horrorizó por completo porque ¿cuántas obras maestras existen con muy poquitas páginas? ¡¿cuántas?! Y en fin, ahora voy yo, y me "aficiono" a una de esas manías odiosas de lectora absurda como es desechar un libro por su nombre propio. 

Un caso con el que me ocurre actualmente es con el libro Un beso en París, de Stephanie Perkins. Esta novela está siendo muy sonada, solo escucho buenas opiniones y gente que adora a la autora y su estilo, que ha caído rendida a los pies de los personajes, otros que hablan de una novela refrescante y sencilla en la cual adoras sumergirte... ¡Y yo no puedo parar de pensar en el título! Me horripila. Me parece tan rematadamente cursi, *es como, venga preparaos para vomitar arcoiris y que os salgan chorros de purpurina por las orejas y sangrar pétalos de rosa por la nariz* Y además, esa terrible portada le hace un flaco favor, ¿por qué tan cutre?; vale, me he pasado, que me perdonen los creativos no quería menospreciar su trabajo, cada uno tiene sus gustos, todos son completamente respetables y yo solo estoy hablando de manera subjetiva. 

Pero este no es, evidentemente, el único caso, este es solo un ejemplo de una amplia lista, y creo que probablemente me esté perdiendo bastantes buenas historias por una manía absurda, pero, aunque reconozca "mi problema" -cual yonki- todavía no me veo capaz de superarlo, y aún me niego a leerme este libro.

¿Soy la única raruna? ¿o existe por este universo alguien a quién le pase lo mismo?

miércoles, 22 de octubre de 2014

Carmilla. Le Fanu.

Vale, mirad con qué imagen más genial me he topado: 
¿No es maravillosa? Igual que el libro. *¡Venga ya Lucía! es que no has dejado ni un poquito de intriga...*

Carmilla.
Por Sheridan Le Fanu.
Me lo he leído en Kindle, así que no puedo dejar referencias de ninguna edición o de sus páginas, pero es corta, debe tener alrededor de unas ciento y pico páginas.

Creo que tengo una seria predilección por las novelas del siglo XIX y por el romanticismo en general... Novela de esa época que me leo, novela que me gusta. En general, el arte de esos siglos me fascina, de hecho, fue la única matrícula de honor que saqué en la carrera *Vale bonita, no nos interesa tu vida, no te enrolles*.

El caso es que en muy poquitas páginas el libro es capaz de transportarte a otra época y a otro lugar, oscuro, frío, gótico, misterioso al fin y al cabo, te rodea de paisajes coronados por castillos y bosques y llanuras bañadas por la luz de la luna y no puedes más que enamorarte de todo eso.
"Cerca de morir, un amor cruel, un amor extraño capaz de arrebatarme la vida. El amor ha de tener sus sacrificios, no hay sacrificio sin sangre".

Le Fanu fue un auténtico precursor con Carmilla, tanto en el tema referente a los vampiros, puesto que, prácticamente asentó las bases de lo que iba a ser la iconografía arquetípica de esta criatura fantástica/monstruosa, así como en el tratamiento de la homosexualidad. Hay que tener en cuenta que nos encontramos en el año 1872, interesante, ¿verdad?.
"Querida, querida mía, vivo en ti y tú morirás por mí... te amo tanto".
Se dice que nuestro autor se basó en la sangrienta leyenda de la Condesa Elisabeth Bathory y que posteriormente, el propio Bram Stoker se inspiraría en las descripciones del monstruo para crear el suyo propio, Drácula.
"Quiero morir como pueden vivir los amantes... morir juntos para vivir juntos".


Bajo la misma estrella. John Green.

Bajo la misma estrella.
Por John Green.
Nube de Tinta.
301 páginas.

Bueno señores, me meto en terreno pantanoso pero voy a tratar de exponer mi opinión de forma argumentada y de la manera más razonada posible. The fault in our stars, ni fú ni fá, la verdad.

Soy plenamente consciente de que este libro ha sido "revolucionario" en el mundo literario, ha todo el mundo le enamora, le encanta, le entusiasma... Adoran sus personajes y sus diálogos, y se emocionan hasta reír y llorar con ellos. Pero a mí la historia, no es que me haya dejado fría, pero templaica, pues sí.

Reconozco que esas trescientas páginas se leen en un santiamén, resulta una lectura fresca y ligera, y no te das cuenta de que te estás bebiendo los capítulos a sorbos agigantados. Y eso, es un punto a su favor. 

Otra cosa que me ha gustado bastante ha sido cómo trata la enfermedad -porque bueno, esto no es un spoiler, a estas alturas no hay nadie que no sepa que esta historia va de dos chicos con cáncer, chica conoce a chico y a partir de aquí se sucede la historia-. Y es que el auténtico tabú que supone el cáncer, y más en nuestra actualidad, es tratado con una naturalidad magistral, y es casi relegado a un segundo plano. Los personajes viven enfrascados en el humor negro como vía de superación, de escape, y resulta interesante. Pero a parte de esto... No sé. A veces los personajes me parecían bastante planos, y algunos muy poco trabajados, casi sin profundidad, apareciendo además en la historia con tanta precipitación que casi te mareas *es en plan, tío un momento, un momento, este hombre qué pinta aquí ahora, es que es por la cara*. Por supuesto hablo del personaje del escritor de un Dolor Imperial que me resultaba metido con calzador; no como la historia casi íntima que mantiene la protagonista, Hazel, con ese libro, eso es coherente y se resuelve de una manera natural en la historia.

En ocasiones, sentía que Gus y Hazel no se diferenciaban en absoluto cuando se narra la historia, como si estuviese leyendo al mismo personaje una y otra vez, y ojo, en el libro se hace referencia varias veces ¡cuán distintos son entre sí! y cómo sin embargo, se complementan tan bien el uno al otro... Y yo pensaba "eh, bueno, los distingo porque antes de cada guión de diálogo aparecen sus nombres que si no...". Y quiero explicarme mejor, pongo el ejemplo de Juego de Tronos, en esta historia hay miles de personajes tan distintos entre sí, con tanta variedad de personalidades y de carácteres que es que da gusto sumergirse por completo, y en este caso, admiro sobremanera al señor Martin porque escribe a través de la boca de una niña de 8 años, como que al instante siguiente te cuenta los problemas a los que se enfrenta el enano renegado de Tyrion *Dios, qué maravilloso personaje, lo adoro*, y lo prometo, ¡se distinguen! Estos personajes sí que se distinguen entre sí, tienen unas personalidades tan trabajadas y profundas que no cabe a error ni a confusión.

Pero no quiero sonar demasiado dura, y quiero dejar claro que respeto al cien por cien a los enamorados de John Green, porque para gustos los colores. Yo tengo claro que no me quedo satisfecha por completo con esta obra así que, me leeré alguna otro libro suyo para poder comparar. Creo que es lo más justo.

Eso sí, no puedo cerrar esta reseña sin señalar un parrafito que me pareció de lo más conmovedor:
"Alcé la mirada hacia él y pensé que no estaba bien besar a alguien en la casa de Ana Frank, pero luego pensé que, al fin y al cabo, Ana Frank besó a alguien en la casa de Ana Frank, y que seguramente nada le habría gustado más para su casa que verla convertida en un lugar en el que jóvenes irreparablemente destrozados se abandonaban al amor".  

El extraño caso del Dr. Jekyll & Mr. Hyde. Stevenson.

El extraño caso del Dr. Jekyll & Mr. Hyde.
Por Robert Louis Stevenson.
Plutón Ediciones.
121 páginas.

Este relato me ha fascinado. Acostumbrada como estaba a conocer al Dr. Jekyll y su otro yo Mr. Hyde, a través de películas y cómics, pensaba que al leer la historia me iba a resultar anticuada o alejada de lo que vivimos actualmente en nuestra sociedad, pero nada más lejos de la realidad. 

He de decir que me ha parecido terriblemente moderna la concepción de la doble moral de esta historia, esa lucha de espíritu interna y constante entre el bien y el mal; entre dejarse llevar y ser dominado por tus instintos más bajos, o, por el contrario, hacer acopio de la más sabia razón; el virtuosismo y los pecados; la deshonra o la vida plena que se alcanza a través de tu buen hacer en la vida cotidiana; elevar la ética por encima de los placeres egocéntricos... A mi modo de ver, resulta de rabiosa actualidad, y más que nunca hoy en día. 

El protagonista, el Dr. Jekyll, tiene doble personalidad y su lucha interna se vuelve más dramática, más brutal, cuando mediante la ciencia consigue transformarse en su otro yo, el repulsivo Mr. Hyde. Constituye en toda regla, un adelanto de lo que Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis, iba a presentar dos décadas después de la publicación de esta novela en 1886, sobre el mundo del subconsciente. 

Pero sin duda alguna, lo que más me ha gustado de esta novela, es la crítica hacia la hipócrita sociedad victoriana del siglo XIX, todo ello mediante metáforas y símiles que me han entusiasmado. Simplemente, creo que merece la pena leerla.

"Y eso era precisamente lo realmente intolerable; que el fango del abismo pudiese articular gritos y voces; que el polvo amorfo gesticulara y gritase; que lo que estaba muerto y deforme usurpase los atributos de la vida".
El capítulo "La declaración completa de Henry Jekyll" es, en mi modesta opinión, puro deleite literario, podría extraer miles de citas que me encantaron, pero, en lugar de eso, me quedo con la anterior, así no colapsamos.

Y por último, algo que me gustaría señalar; en el libro se narra cómo el señor Hyde resulta repulsivo a todo aquel que lo contempla, y sin embargo, no se refieren a su apariencia física, si no más bien a la maldad de espíritu que casi podía ser olfateada por aquél que lo observaba. No es que el Dr. Jekyll estuviese de buen ver y Mr. Hyde fuese un orco de Mordor, no. Supongo que en cómics y películas se ha "traducido" de esta forma, porque como bien vemos en el arte, acudir a la calocagacía es lo más sencillo para explicar visualmente lo que es bueno y lo que es malo. Así pues, el Dr. Jekyll es bello y es bueno, mientras que Mr. Hyde es malvado y es feo. Así de simple.

Hemingway y su amor por los gatos.

Lo sé, es cierto, voy con retraso, pero me acabo de enterar del infinito amor que Hemingway le profesaba a los gatos. Acabo de saber que vivía con casi una inundación de estos felinos en su casa de Cayo Hueso y también ha llegado a mi fría pantalla de ordenador una carta bastante cálida, la que el famoso autor, en 1953, le escribió a su amigo Gianfranco Ivancich después de haber sacrificado a su querido gato, a pesar de su dolor. No sé que tipo de impulso me obliga a publicarla aquí, pero bueno, tengo esa necesidad. Y ahora también necesito releer El viejo y el mar.

“Querido Gianfranco:
Justo cuando acabé de escribirte y mientras ponía la carta en el sobre Mary bajó de la Torre y dijo: “algo horrible le ha pasado a Willie”. Salí y encontré a Willie con sus dos patas derechas rotas: una por la cadera y la otra por debajo de la rodilla. Un coche debió de haberle pasado por encima o alguien lo había golpeado con un palo. Había vuelto a casa sobre las patas de un solo lado. Era una fractura múltiple con mucha suciedad en la herida y fragmentos sobresaliendo. Pero él ronroneaba y parecía seguro de que yo podría solucionarlo.
Hice que René trajera un bol de leche para él y René lo sostuvo y lo acarició para que Willie estuviera bebiendo leche mientras yo le disparaba en la cabeza. No creo que sufriera y los nervios habían sido machacados así que las piernas no habían empezado a dolerle realmente. Monstruo quiso dispararle por mí, pero no podía delegar la responsabilidad o dejar una posibilidad de que Will supiera que alguien iba a matarlo.
He tenido que disparar a gente, pero nunca a nadie que hubiera conocido y querido durante once años. Ni tampoco a nadie que ronroneara con dos piernas rotas”.

lunes, 20 de octubre de 2014

La marcas de fuego.

Imagen de: Feria del libro
Los libros nos atraen por muy diversos motivos, simplemente porque ya desde bien chiquitos nos han inculcado el valor de la lectura y nos aferramos a una nueva historia como a un clavo ardiendo, o tal vez porque la portada nos atrae -sí, hay muchas personas en este planeta que compran libros por sus portadas, ¿y qué tiene de malo?-, por sus ilustraciones, por el tipo de edición, o porque tenemos la curiosidad infinita de aprender nuevos conocimientos y saberes... Los libros son tan dispares como autores existen, así como individuos hay en esta tierra, así que, infinitas serán las cuestiones que nos atraigan de ellos. 

Imagen de: Artes del libro
Yo vengo a hablaros de una característica que a mí me atrae de los libros. Las marcas de fuego. Por supuesto, es algo que únicamente se encuentra en ciertos tipos de libros, pero es que ¡resulta tan atrayente! Así como cuando nos sentamos frente a una hoguera y no podemos dejar observar, hipnotizados, cómo juegan las llamas con la madera, los colores que se desprenden y bailan libremente, creo que es posible que Las marcas de fuego, conserven esta capacidad de atracción que posee el elemento que permite su existencia. *O simplemente son tonterías que se me pasan por la cabeza, que sí, que es muy posible*. Pero el caso es que hay algo en los libros antiguos que me enamora, las tapas de piel, el crujir de las páginas y el olor que desprenden, ¡y las marcas de fuego! -cuando las hay-.

Imagen de: La fragua
Bueno pero y a todo esto, ¿qué es una marca de fuego? Se trata de una marca carbonizada, realizada a partir de un instrumento candente y metálico que normalmente, se dispone en los cantos de los libros. Actualmente son valoradas como un testimonio histórico distintivo que muestran qué instituciones y qué particulares hicieron uso o estuvieron en posesión de dichos ejemplares marcados. Aunque tampoco se descarta que las marcas hubieran sido utilizadas como una forma de selección. Todo indica que su uso comenzó hacia la segunda mitad del siglo XVI y que perduró hasta las primeras décadas del siglo XIX. Esta práctica se daba sobre todo en las bibliotecas conventuales, instituciones religiosas que dependían de el clero secular, y de forma aislada, existieron bibliotecas de particulares que tenían su propia marca de fuego.

Si queréis conocer más sobre el tema, os dejo un enlace a la página Catálogo Colelectivo de Marcas de Fuego , pues resulta muy interesante el proyecto que llevan a cabo -o al menos a mí me lo parece-.

sábado, 18 de octubre de 2014

Reto Un Halloween Literario.


¡Hola a todos! Digo todos aunuqe aquí no se ha asomao ni dios

Hace unos días comencé un reto creado por Isa Lot, la autora del blog Océanos de Páginas,titulado: Un Halloween literario.

Desde aquí os animo a que participéis, las reglas a seguir están en su blog, pinchad en el enlace que os he dejado justo arriba :)

Yo aún no lo he terminado, pero os dejo con los enlaces de los 4 primeros días por si queréis echarle un vistazo a algunos de los libros que he escogido para el reto:

Día 1
Día 2
Día 3
Día 4



Bueno, un poco tarde, (22/11/2014) me acuerdo de que no he actualizado esta entrada, y debería haberlo hecho el día 31 en pleno halloween, ya que fue ese día cuando terminé este reto.
¡Disculpadme por el despiste! Aquí os dejo las últimas fotos :)




El Himno Caníbal.

¡Muy buenas!

Estaba estudiando para el curso de egiptología, concretamente Los textos de las Pirámides, y hemos topado con uno que me ha llamado especialmente la atención. Realmente, creo que no es para menos. Se le ha denominado Himno Caníbal y se encuentra inscrito solo en las pirámides más antiguas, la del rey Unis, el último de la V Dinastía; y la del rey Teti, rey de la VI Dinastía.
Os dejo aquí con un pequeño fragmento:


Es Unis el que come seres humanos, el que vive de dioses. (...)
Es Khensu [=un dios] como acuchillador de los señores, el que los degollará para Unis,
Y extraerá para él lo que está en sus cuerpos. (...)
Es Shesmu [=otro dios] el que los troceará para Unis, 
Y cocinará con ellos un manjar para él
En sus hogueras del atardecer.
Unis es quien se come sus magias,
Quien se traga sus espíritus akh.
Los mayores de entre ellos son para su desayuno;
Los medianos de entre ellos son para su merienda;
Los pequeños de entre ellos son (combustible) para sus hornos.
(...)
Unis se alimentará de los pulmones de los que son sabios,
Y se complacerá de vivir de corazones, así como de sus magias...
(TP 273-274, Pyr. 400a-410c)


(La imagen seleccionada no se corresponde con el fragmento aquí expuesto, pero ambos son, evidentemente, procedentes de la pirámide de Unis).

Los dodos.

¿Dónde se habrán metido aquellos que llevaban un libro en la mano?
¿A qué parte del planeta se estarán mudando?
¿Es posible que se estén convirtiendo ya en una raza extinta?
Y de aquellos que llevaban una libretita con su lápiz en algún bolsillo del pantalón, ¿de aquellos sabéis algo?
Ya sé, a partir de ahora les llamaré Aquellos Misteriosos Dodos.
Aquellos Misteriosos Dodos me intrigaban, echo de menos el preguntarme: "¿Qué habrá escrito en esas hojas?, ¿Qué estará leyendo?, ¿Lo habré leído yo?"
Echo de menos ver libros por las calles.
Echo de menos ver caras de sorpresa, interés, intriga... en el autobús.
Echo de menos ver alguno de Aquellos Misteriosos Dodos con las manos manchadas de tinta.
Y me apena que me hayan robado un sueño, al menos un "sueño platónico"; la ilusión, la ensoñación de que algún día leería algún escrito de cualquiera de Aquellos Misteriosos Dodos.

Hello world!

¡Hola lector!

Si has llegado aquí por tropiezo, ¡lo siento! pero ya que estás, échale un vistazo, tal vez este pequeño lugar en la nube albergue algo de tu agrado.

Mi nombre es Lucía, y ya que hablamos de nombres y empezamos con presentaciones, creo conveniente explicar el título de este Blog, Las hojas de Lothlórien. Como muchos de vosotros sabréis Lothlórien, (o Lórien, simplemente), en el Universo de El señor de los anillos significa "Flor del sueño" (o Lórien "tierra de los sueños"); existían allí unos jardines dedicados al reposo y a la curación de las almas y por ello precisamente no se me ocurría mejor nombre para este Blog.  Así pues, este espacio estará dedicado a la literatura -dedicada al reposo y a la curación de almas, pero también al enriquecimiento del espíritu, del pensamiento, exaltadora de emociones y dadora tierras de ensueño- es por ello que, para mí, la literatura es uno de los grandes tesoros que la humanidad deja con su paso por esta tierra, y de ahí que quiera dedicarme por puro deleite literario a este Blog.

Que me disculpen los más puristas si mis breves definiciones no resultan de su agrado, pero este espacio, al fin y al cabo, es personal e intransferible, así como puramente subjetivo. Y mis motivos, míos son.

Buenas tardes y bienvenidos.
Lucía.