domingo, 12 de abril de 2015

El viento lleva palabras, secretas.















Ella nunca se atrevió a decirle que lo deseaba.
Como las flores desean los rallos del sol tras el invierno. Tras la muerte.
Jamás se atrevió a contarle cuánto le cautivaba su pensamiento, 
sus palabras,
su voz.
Tampoco le contó cuán hondo calaba la pena de no sentir el tacto de sus manos. 
De sus labios.
Nunca le habló del dolor.
Solo hizo lo correcto.
Y sonreír.
Y guardar el secreto como tantas otras mujeres antes que ella.


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