lunes, 2 de noviembre de 2015

Llueve dentro.


Me llueve por dentro muy fuerte.
Cada gota golpea en los huesos, en los tendones,
creando esa vibración doliente.

Sigo en aquel mar, tormentoso, revuelto,
en su interior hay piedras y troncos,
arena que es barro,
y algas que son sogas.

Sigo en aquel mar, negro y gélido,
que me golpea y me arrastra,
que me hunde y me escupe,
me hunde y me escupe.

Trago agua cuando quiero respirar
y me raja la garganta
una sal que son cristales.

Tengo que salir a flote pero ya no sé
ni hacerme la muerta,
debe ser que en la vida hay que pelear
y no flotar.

Al menos llegar a la orilla
y que la luz traspase la piel
que los rayos lleguen al hueso.

Pálidos huesos que esperan calor.

(Óleo sobre lienzo de William Turner)



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